Un artista de circo se enfrenta cada día con sus límites y, por eso mismo, está atado a sus sueños. Porque los malabares se caen, los trucos no salen, y luchas por mantener el equilibrio, por no derrumbarte, por subir, por suspenderte, por trepar, por correr o saltar o girar como nadie más lo haría.
Hay también deseos irrealizables, llenos de poesía, quizás fuera de nuestro alcance. Ver la tierra desde el espacio, que te toque la lotería, tener los ojos azules, ser más alto o más bajo, salvarle la vida a alguien , olvidar o recordar, volar...
Este espectáculo parte de estas realidades imaginadas, de estas ficciones asequibles, de la necesidad del otro para hacer realidad tus proyectos o, al menos, su compañía. Este espectáculo nace de sus integrantes, jóvenes artistas de circo, recién salidos de escuelas superiores, que empiezan su carrera profesional con ganas e ilusión, el temor de los primeros pasos, confianza e inseguridades y unas cuantas metas en la mochila.
Iris Muñoz
