CRECE en el 2º Festival Internacional de Circo Río de Janeiro, 8-18 de mayo de 2014
Si dentro de 200 años visitas a Cidade de Deus, este barrio olvidado, recordado, y olvidado otra vez, permanentemente marginado de la urbe de Río de Janeiro; este barrio que es ciudad en población y plante, pero fantasma en todo lo que podría llamarse sociedad… a lo mejor, ni te acuerdas de por qué has ido hasta allí. Es invisible, impotente, inmóvil, amenazador a la una de la mañana, pero increíblemente humano.
Si dentro de 200 años visitas a Cidade de Deus, no te sorprendas si encuentras algún fin de semana del mes de Mayo, una fiesta llamada la Festa do Chapeu —la fiesta del sombrero. Nadie se acordará de cómo nace, del porqué se celebra con el grito de Chapeu, Chapeu…, chapéchapé chapeu! Nadie sabrá contarte el origen de estos personajes que desfilan, medio mito, medio cuento, como caminantes en una ciudad sin edificios. Verás a la mujer peonza —pícara y sexy al girar—, un Ángel blanco caminando en el aire, cantando en una lengua extraña, verás el hombre gato cuyos pies tocan el suelo en silencio tras saltos inverosímiles y a una gnoma que sube y baja su palo sin ir a ninguna parte. Verás gente que vuela con miradas que arden, un cocinero con cazos inquietos y, quizás, a lo lejos, rodeado de niños, un mago con dedos de agua. Todas llevarán su sombrero, comprado a este vendedor ambulante que grita por las calles, o algunos no, para protegerse de una lluvia de 33 pares de zapatos.
Dentro de 200 años nadie se acordará de este encuentro llamado Crece Sur, entre 13 mundos, los 12 de los artistas creadores de este circo inusual, y el de los habitantes de Cidade de Deus: eran momentos especiales, momentos de donde nacen las leyendas: Chapeu, Chapeu, chapéchapé Chapeu!!
Donald Lehn