Acabo de llegar a casa... apenas reconocía los caminos en la noche después de tantos días … fuera de aquí, en un fuera de mi recién rescatado.
Ojalá la dulce inercia de éstos perdure y me lleve lejos y nos encuentre pronto y deje rastro sin reclamar ausencias...
Será magia ese reencuentro... para recordar, para recordarse transformados, con otra piel, con otros ojos, con el tacto cambiado de unas manos ya atentas al movimiento de los cuerpos, o curiosas por la palabra y los libros, o abandonadas al vacío y a la calma...
Siento que me he ido por la puerta de atrás sin tener la llave, atravesándola como una leve estela de humo que no mira lo que deja a sus espaldas... qué placer la plenitud que permite el desapego!!!...
Os voy a echar de menos pues vuestros cuerpos significan ahora tantas cosas que no se pueden resumir en unas líneas ni definir siquiera con palabras...
Os deseo un buen camino que nos cruce nuevamente.
Un fuerte abrazo,
J.