23 de septiembre de 2020

Reflexión de Rocío

Siempre la sensación de final es rara, a mi particularmente siempre me cuestan los finales, ¿por apegada o intensa? jaa vaya uno a saber.

Me encuentro en un café con mis 9 compañerxs de CRECE, viéndonos las caras de una noche de fiesta sin cama de por medio. Ya dejamos los pisos y acá estamos, creo que todavía recapacitando de este fin. Dando una imagen posiblemente un poco patética.


¿Solo tres semanas? Que ilógico es el tiempo a veces. Parece que fue hace una eternidad cuando nos tomamos la primera birra en Ávila. Intentando leernos las personalidades y pensar que va a resultar de todo esto.. 


Qué sabor más dulce que me queda de esta experiencia. Tres semanas de puro aprendizaje, desafíos, conexión y replanteos.


Me quedo con la alegría de haber compartido tanto con personas tan bonitas y de las cuales pude exprimir muchísimo aprendizaje.


A Jorge Albuerne, un aplauso gigante. Trabajar con el cómo director supuso una experiencia muy digna de vivir. Habría que dedicar un texto entero a lo que significó este proceso de creación guiado por él. Solo agradecimiento por haber tenido yo esa suerte.


Y ahora a continuar, esto fue un shot de subidón en tanto caos y parón.


Feliz y orgullosa con el resultado. ALEJANDRA, te pasaste, nos pasamos, en el más puro y lindo de los sentidos.