Foto: Carlos Bandrés
Pues cuando empezamos, ese miedo se fue y se abrió un espacio para la curiosidad. Todo era muy nuevo. El espacio, el proyecto, las personas... Yo también me renovaba cada día y me sentía una persona nueva. Aunque ya he hecho el CRECE en Brasil, todo parecía demasiado nuevo.
"La paciencia todo la alcanza". Esa fue mi gran lección del CRECE pasado y que he podido aplicar (y mucho) en esta edición. Está claro que todas la creaciones son muy intensas y con eso hay cosas buenas y malas, pero todas las cosas "malas" fueron una posibilidad para madurar y crecer.
Además de la parte creativa, el CRECE me enseñó a tener calma, escuchar al otro, a estar lista para ayudar con lo que sea, comprender al otro y conocerse a uno mismo. Cada persona tiene su cultura, su manera de hacer las cosas, de actuar y de recibir las informaciones.
Me va a llevar un rato poder digerir toda la parte de creación en cuanto artista. Pero lo que más me encanta es saber que aún con todas las diferencias de cultura, la comunicación traspasa la barrera del lenguaje y el corazón escucha.
Qué bueno estar viva, qué bueno vivir esto...
El mejor sitio del mundo es ¡aquí y ahora!
¡What a Wonderful World!
Isabela Mello