30 de septiembre de 2024

Reflexión Marta

Foto: Gaby Merz

Hacía tiempo que había oído hablar del CRECE, este proyecto en Madrid que se hacía todos los años en el Teatro Price. Escuchaba comentarios como: "¡Fue una gran experiencia!" o hasta me aconsejaban: "Marta, tienes que hacerlo, ¡está muy guay!".

Así que no dudé en enviar mi candidatura para poder vivirlo en primera persona, y, para mi sorpresa, ¡me seleccionaron! Y feliz como una perdiz, me fui a Madrid.

Allí me encontré con un grupo de 9 artistas totalmente preparadas para darlo todo y crear nuestra pieza titulada "GUud Bai". También conocí a nuestro director, Jorge Albuerne, un guerrero que venía a dirigir la batalla desde un enfoque claro y plástico. Además, estaban Marisa, Óscar y Javi, siempre sentados en la banquilla, pero disponibles y presentes para cualquier problema o duda que surgiera.

Todo pasó muy rápido, y en apenas 10 días ya teníamos un espectáculo de más de una hora, lleno de color (aunque en realidad solo había 4) y con un inicio y casi un final.

Me fascinó la rapidez de la creación luminosa, la elección musical y la eficacia en el vestuario. Nunca había vivido algo así. Pero lo que realmente me impactó (casi me emocionó) fue la magnitud de la escena, improvisar y crear en ese espacio, un lugar que ni en mis sueños más locos me habría imaginado estar. Por dentro pensaba: "¡Hay que aprovechar, Marta! No dudes en darlo todo". Y es que todo pasó tan rápido que ni siquiera tuvimos tiempo de visitar el Retiro o dar una vuelta por el barrio. Darlo todo era la única opción.

Finalmente llegó la primera fecha; la primera de cuatro. Estaba emocionada, un poco nerviosa y muy contenta porque mi madre había tenido el valor de venir sola a Madrid, la gran capital, y pasearse todo el día para llegar al Price a las 20h para verme.

Y de repente llegó el domingo, la última fecha. Sinceramente, mi cuerpo estaba un poco confundido y me pedía un descanso. Aún arrastraba los moretones y heridas de la primera semana de creación, y ya estábamos por terminar la última función. ¡Me encantó! De verdad. ¿Lo volvería a hacer? A lo mejor en unos meses, porque fue realmente intenso. Pero son de estas cosas que te hacen mejor persona y mejor artista. Son esos proyectos de los que uno se siente orgulloso de haber participado.

... y quisiera agradecer...

Jorge, gracias por tu paciencia, por escuchar, por estas ideas tan bonitas, por construir la casa todos los días y por incluir todas las culturas e idiomas del grupo.

Javi, gracias por tus palabras tranquilizadoras y sinceras cuando me agarró el bajón durante la creación. Parece que no, pero resonaron en mi cabeza y me hicieron sentir mejor.

Marisa, gracias por tu sonrisa y el "¿cómo estás, Marta?" cada mañana. De verdad, me hacías sentir cuidada.

Óscar, gracias por darnos la bienvenida a Madrid a mí y a Julia. Se agradece mucho cuando eres bien recibido en un lugar desconocido.

Lulu, gracias por venir desde tan lejos para formar parte de esto. Me llevo mucho aprendido de tu trabajo.

Ouria, gracias por tu serenidad y tu calma, y al mismo tiempo por el consejo y el comentario perfecto para cada situación. Fue un placer cruzarte y verte en la cuerda.

George, gracias por entrenar conmigo incluso cuando el cuerpo ya no podía más. ¡Elegimos la mejor y la peor disciplina del mundo!

Julia, gracias por estar a mi lado una vez más. Seguimos creciendo juntas...

Melinda, gracias por compartir algunos trucos de acrobacia conmigo; ¡me los guardo para siempre!

Eva, capitana, gracias por esa sonrisa y tu energía. Siempre estabas allí, antes que todas, por la mañana y por la noche.

Valeria, Mae, gracias por aguantarnos a mí y a Julia en el Airbnb, y por tus bailes y tu energía de buena mañana.

Fay, un placer volver a cruzarme contigo, esta vez en un proyecto diferente. Gracias por la resistencia y paciencia de tu pelo, por el café que nos invitaste y el How are you? Gracias por abrir siempre las puertas en Atenas. ¡Espero vernos allí pronto!


Marta Bolibar