30 de septiembre de 2024

Reflexión Vale

Foto: Gaby Merz

Recuerdo haber escuchado sobre el CRECE en mi primer año de formación, quedé intrigada y con ganas de participar en el proyecto. Cuando me di cuenta que Jorge Albuerne iba a ser el director artístico en esta edición, no lo pensé dos veces y mandé mi candidatura. Para mi sorpresa, ¡fui seleccionada!

Para mí fue una experiencia increíble, fuimos bien recibidos desde el primer día que inició el proyecto; tomando en cuenta toda la logística de meses antes, para hacer posible esas 2 semanas y media de residencia.

Y ahí estábamos 10 artistas, un director y un equipo de producción sentados en la butacas recibiendo la charla del plan de emergencias del teatro price, jajaja, que recuerdos. En fin, 10 artistas, todos de países diferentes, teniendo a disposición un lugar como el Circo Price; les juro que no tiene precio.

Fue todo un proceso, tener que entrar en confianza, conocer 9 personas desde cero, y no solo conocerlas, sino entrar en contacto con 9 cuerpos nuevos, con los que teníamos que encontrar una sintonía para trabajar en colectivo. Así que sí, fueron dos semanas y media bien exigentes a nivel cuerpo y mente, pero por otro lado cuando estaba dentro de los ensayos las horas pasaban volando. Como dijo Marta, "¡parece que estamos haciendo una maratón!".

Voy a estar eternamente agradecida con todos mis compañeros; por ser tan pura vida y tener una vibra tan linda, por estar siempre a disposición de entregarlo todo en los laboratorios y escenas; siempre pensando en el otro para hacer la vida y la convivencia más fácil; dejando egos afuera, preguntándonos constantemente cómo nos sentíamos, para no sobrepasar los límites del otro; siempre súper comprensibles ante las adversidades de los demás… Eso es algo que me llevo en mi corazón: un pedacito de la buena voluntad de cada uno de ellos para hacer las cosas posibles.

A pesar de la intensidad vivida en esas semanas aún nos dejó tiempo libre, para convivir, compartir y arreglar el mundo, mientras comíamos churros a las 9 a.m o bebíamos una cerveza a 9 p.m.

Gracias infinitas a las apuntadas, por esas conversaciones en el bar al final de 8 horas de trabajo…,  por eso le doy gracias a la vida por cruzarme en los caminos con todos y por conectarme con cada uno de ustedes.

Muchas gracias a Jorge por ser una inspiración, por cuestionar mucho los pensamientos, por estar siempre ahí, creando sin olvidar las injusticias que pasan en el mundo exterior… Por incentivar la literatura como input creativo, que para mí fue algo que me voló la cabeza desde la primera vez que trabajé con él; tener esa habilidad con las palabras para de ahí sacar creaciones increíbles.

Muchas gracias. Gracias a Marisa a Oscar y Javi, por andar atrás para que todo sea posible, por recibirnos siempre con una sonrisa y un buenos días, por salir corriendo a comprar cosas que necesitábamos en el último momento, gracias por esa entrega y dedicación. Gracias por confiar en nosotros…

Y muchas gracias a Carampa y Circo Price por hacer posible este proyecto…,  deseando lo mejor para que cada año este proyecto siga en pie y cada vez con más apoyo por parte del teatro y los inversores… Sería genial pensar que en un futuro se les pueda pagar a los artistas recién graduados por ser parte de este proyecto, como una pequeña pincelada de lo que es el mundo del trabajo en el circo contemporáneo.

Gracias por todo, este proyecto lo voy a llevar en mi corazón para siempre…, una experiencia que no cambio ¡por nada en el mundo!

Como dicen por ahí: "el regreso es parte del viaje".
Y aunque ya estemos todas de regreso en casa, no quiere decir que aquí acaba el viaje, es solo un "reseteo" para procesar todo lo que vivimos y luego comenzar el viaje de nuevo lleno de caminos por elegir. Espero encontrarlos en ese camino.

Por eso, no es un Gud'bai, es un, ¡hasta la próxima!

A ver, siento que ya hable mucha papaya…
Así que con mucho amor, ¡se despide esta mae! Les mando muchos abrazos, ¡salud y circo!
¡Pura vida!

Valeria Elizondo